El curso de Etiqueta Empresarial Japonesa fue increíble; no puedo creer que fueran 6 horas en total, ¡el tiempo se me pasó volando! El contenido era exhaustivo, pero parecía muy orgánico: los temas que menos nos interesaban se trataban de pasada, mientras que los temas que nos interesaban se trataban en profundidad sin que en ningún momento sintiéramos prisa por pasar al siguiente punto. El uso de anécdotas, ejemplos y casos prácticos ayudó mucho a contextualizar el contenido, y el uso de referencias a otras culturas también nos ayudó a apreciar algunos matices de nuestra propia forma de trabajar. También había un equilibrio realmente bueno entre el trasfondo/cultura japonesa y su manifestación/impacto en el tipo de interacciones que podíamos esperar en los negocios. Del curso también podrían extraerse algunas lecciones muy prácticas: por ejemplo, qué pensar/hacer en la práctica si se recibe a una delegación japonesa, a qué prestar atención, cómo interpretar/no interpretar determinados comportamientos o acciones…
